El adjetivo vesubino procede del latín y designa lo perteneciente o relativo al Vesubio, famoso volcán de Italia.
No está en el DLE, aunque tiene algo de uso.
Hallamos un ejemplo de su empleo en la época clásica en la traducción de la Eneida que hizo Juan Francisco de Enciso Monzón [1698]:
«No fue más formidable aquel Tifeo/ que movió contra el rey omnipotente/ la furia vesubina en el aliento/ y el mavorcio furor en brazos ciento» (página 203, columna 2).
Además de vesubino, se oye a veces vesubiano, cuyo uso también se remonta a la época clásica:
«Otros muchos tomaron por ejercicio el peregrinar solamente por esta averiguación. De Plinio ya sabéis que en ella fue sorbido de la boca de aquella montaña vesubiana» (Manuel de Faria y Sousa, Luisíadas, de Luis de Camoens, príncipe de los poetas de España, tomos I y II [1639], página 491, columna 1).
«… hizo a la ciudad algunas gracias, y la restituyó a su antigua quietud en el incendio vesubiano del año de 1632, cuando estuvo Nápoles a pique de despoblarse por los continuados terremotos, arroyos de azufre y betún encendido que salían del monte…» (Pablo Antonio de Tarsia, Tumultos de la ciudad y reino de Nápoles en el año 1647 [1670], página 25, columna 2).
Textos sacados de libros de dominio público de GOOGLE BOOKS (fecha de consulta y enlace: 11 de mayo de 2018).
No hay comentarios:
Publicar un comentario