Intérito es vocablo puramente latino que significa ‘aniquilación’.
Tuvo algo de uso en la época clásica, como se ve en las siguientes citas:
«Los que veen morir a los sabios verdad es que ven muerte, mas no intérito: porque, si interire es perecer totalmente sin que quede del que muere o perece cosa a vida, de los sabios no perece el alma cuando mueren, que esa antes se mejora y pasa al cielo; y, así, su muerte no llega a ser intérito. Non videbit interitum cum viderit sapientes morientes. ¿Queréis saber quién muere de esa suerte? Pues eso dice el medio verso simul insipiens & stultus peribunt. El intérito es propiamente el de los necios: aquel simul allí no junta los dos nombres, insipiens y stultus —que casi todos los tienen por sinónimos—, sino las dos partes del hombre, cuerpo y alma, que en la muerte del sabio se dividen. Acaba de decir eso David; y que, por dividirse y no acabar entrambas, esa muerte no llega a ser intérito» (Ángel Manrique, Sermones varios [1620], páginas 430 y 431; página 389 de la edición de 1623).
«Ni basta decir que, aunque la putrefacción es intérito o extinción —y, por consiguiente, una—, pero que la materia es diversa. No basta, digo, porque la materia está de suyo indiferente para diversas formas; y, así, siendo el agente uno en especie, no producirá efectos diferentes en especie, como queda demostrado en el fuego…» (Antonio de Fuentelapeña, El ente dilucidado [1676], página 3, columna 1; en la edición de 1677 lo hallamos en el mismo lugar).
El DLE no recoge el vocablo.
Textos sacados de libros de dominio público de GOOGLE BOOKS (fechas de consulta y enlace: 24 y 25 de junio de 2018).
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