¿ES CASTIZO EMPLEAR <<EN CLUQUILLAS>>?
En la península ibérica suele decirse en cuclillas, expresión que siempre ha traído el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua:
<<en cuclillas: loc. adv. Con el cuerpo doblado de suerte que las nalgas se acerquen al suelo o descansen en los calcañares>>.
En América suele oírse otra expresión muy parecida, en cluquillas, la cual, en el siglo XIX, se echaba a barbarismo, aunque algunos diccionarios de aquella época, distintos del de la Real Academia, como el de Roque Barcia y el de Vicente Salvá, la incluían sin nota de incorrección. También la habían incluido diccionarios del siglo XVII, como el Tesoro de las lenguas española y francesa de Oudin y los que usaban a este por fuente.
Fue a mediados del siglo XX cuando el filólogo Joan Corominas resolvió la duda: cuclillas viene, precisamente, de cluquillas; y este vocablo del más antiguo cloquillas, que deriva de clueco -adjetivo que se usa casi siempre en femenino y que designa la postura del ave para empollar los huevos-. Esta etimología ya la había señalado Sebastián de Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana o española:
<<CUCLILLAS. Cierto modo de asentarse algunas mujeres dejando el cuerpo en el aire, sin posarse en el suelo, a semejanza de la gallina clueca, que está sobre los huevos sin cargarse del todo sobre ellos, por no los quebrar. Lo mesmo deben hacer las demás aves pesadas, pero désta vemos la experiencia casera cada día. Una de las razones por que dicen no sacar el avestruz sus huevos ni empollarlos es por no poder sustentar el cuerpo en el aire sin echárseles encima; y así le dio Naturaleza instinto de hacer un hoyo en el arena y esperar a que el sol los empolle>>.
Corominas acredita el uso de en cluquillas por parte de los clásicos con un pasaje de la obra del escritor Francisco Cervantes de Salazar Crónica de la Nueva España:
<<los indios […] se estarán un día entero sentados en cluquillas sin hablar>> (Libro I, capítulo 16).
La Academia nos ofrece actualmente otras citas en su CORDE, como ésta de Vicente Espinel:
<<Torneme a mi rinconcillo -aunque no maniatado- y púseme en cluquillas, las dos manos en el rostro y los codos en las rodillas, por que no me conociese el músico, pensando en mil cosas>> (Relaciones de la vida del escudero Marcos de Obregón, relación II, descanso XIV).
En atención a todo ello, hoy no se puede seguir sosteniendo que la expresión en cluquillas sea incorrecta.
Fuentes
JOAN COROMINAS Y JOSÉ A. PASCUAL. Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico. Ed. Gredos, 4ª reimpresión (1996). Volumen II.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Banco de datos (CORDE) [en línea]. Corpus diacrónico del español. <http://www.rae.es> [consultado el día 12-07-2016].
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