El sustantivo decrepitez, sinónimo de decrepitud, no se halla en los diccionarios (salvo en el de Terreros y Pando, publicado a finales del siglo XVIII).
Acreditan su casticidad los siguientes textos de escritores de la época clásica:
<<Los que pisan la decrepitez necesitan del retiro de sus casas para sosegarse y exonerar sus conciencias, disponiendo solo un buen morir…>> (Juan Baños de Velasco y Acevedo, El ayo y maestro de príncipes: Séneca en su vida [1674], página 329).
<<… renacerá, sin duda, fénix, la juventud de su gloria de la encanecida decrepitez de sus desgracias>> (Francisco de Montalvo, Noticias fúnebres de las majestuosas exequias que hizo la felicísima ciudad de Palermo en la muerte de María Luisa de Borbón [1689], página 10).
<<Será tres veces más insolente y más indómito en su perfecta juventud que es ahora en la adolescencia. No me dejará mentir el Espíritu Santo, el cual no solo de la adolescencia arguye la juventud, mas también la decrepitez: “Aun después de ya viejo, no se apartará el mancebo del camino que siguió cuando mozo”. Dios os guarde de que vuestros hijos comiencen en los años más tiernos a darse a los vicios…>> (Juan de Espínola Baeza Echaburu, traducción de la obra de Paolo Segneri El cristiano instruido en su ley, tomo I [1693], página 289 de la primera edición; página 221 de la segunda edición. En todas las posteriores hallamos también dicha voz).
Tiene todavía uso en América.
Fuentes:
NTLLE de la RAE (fecha de consulta y enlace: 18 de diciembre de 2017).
Libros de dominio público de GOOGLE BOOKS (fecha de consulta y enlace: la misma).
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