El adjetivo latino nubívago (‘que vaga por las nubes’) no se halla en el DLE, aunque ha tenido algo de uso en nuestro idioma.
Así, lo hallamos en la siguiente octava del poema Gigantomaquia [1626 o 1628], del escritor clásico Manuel de Gallegos:
<<Ya Palaneo, herido, el suelo mide/ y vomita su sangre, tan violento/ que al divino tropel el paso impide/ —humano escollo en piélago sangriento—./ Envuelta en negro horror, la alma despide,/ que, rompiendo el nubívago elemento,/ al globo celestial, rápida, sube/ y Jove la convierte en negra nube>> (página 38).
Así, lo hallamos en la siguiente octava del poema Gigantomaquia [1626 o 1628], del escritor clásico Manuel de Gallegos:
<<Ya Palaneo, herido, el suelo mide/ y vomita su sangre, tan violento/ que al divino tropel el paso impide/ —humano escollo en piélago sangriento—./ Envuelta en negro horror, la alma despide,/ que, rompiendo el nubívago elemento,/ al globo celestial, rápida, sube/ y Jove la convierte en negra nube>> (página 38).
En el siglo XIX lo recogieron los diccionarios de Domínguez y Zerolo.
Fuentes:
NTLLE de la RAE (fecha de consulta y enlace: 24 de diciembre de 2017).
Libros de dominio publico de GOOGLE BOOKS (fecha de consulta y enlace: la misma).
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