Calpestar es verbo que nunca ha estado en el Diccionario de la lengua española que publica la RAE, pero la corporación no lo desconoce, ya que tiene en su fichero la siguiente cita del escritor Felipe Gómez Vidaurre (1748 - 1818):
<<…se cierne este polvo en un cedazo hecho de alambres muy sutiles y después se extiende en cueros de vaca, donde se mezcla con sal, azogue y barro bien podrido, y versando un poco de agua se hace de todo una masa, la cual, por el espacio de ocho o diez días, se bate, se calpesta y revuelve diligentemente…>> (Historia geográfica, natural y civil del Reino de Chile).
Su origen, probablemente, se halla en el italiano calpestare (proveniente del latín calce pistare, 'pisar con el calcañar'), que significa 'atropellar, pisar, pisotear', tanto real como metafóricamente.
En la Red hallamos más citas antiguas, como esta del siglo XVIII:
<<…y finalmente calpestado de todos los anatemas de que hasta entonces se habían servido los papas contra los herejes…>> (Melchor Rafael de Macanaz Discurso sobre el poder que algunos doctores han querido atribuir al papa en lo temporal, publicado en el tomo VIII del Semanario erudito de Valladares y Sotomayor [1788] página 156).
Más antiguas aún encontramos otras en la obra del clásico Francisco de San Juan y Bernedo Historia de la vida de Cristo y de María Virgen, Madre de Dios (del año 1698):
<<…y, poco a poco, se iba quitando el debido culto al verdadero Dios para darlo a los ídolos; y la santa ley poco menos que calpestada>> (página 91, columna 1).
<<“Veis aquí que os he dado la potestad de calpestar las serpientes y escorpiones…”>> (página 268, columna 1).
<<…y, haciendo lo contrario, calpestáis con los pies la justicia y no sois misericordiosos con los pobres>> (página 274, columna 1).
<<“Rodeado de muchas turbas, de manera que se calpestaban con los pies…”>> (página 276, columna 2).
<<…quedaron muertos treinta mil judíos huyendo del ejército romano y calpestándose unos a otros por su gran multitud>> (página 356, columna 2).
<<Y aquel Señor que se sienta sobre los querubines, humilde, sin dar señal de indignación, permite ser calpestado con los pies de hombres inicuos>> (página 404, columna 1).
<<…y, echándolo en tierra con violencia, lo pisaron, calpestaron y ultrajaron, descargando en él su ira, furor y rabia…>> (página 406, columna 1).
Hoy día el verbo calpestar se sigue usando, aunque muy poco, como lo acredita este otro texto que también hemos hallado en la Red:
<<Los indios presenciaban esta inaudita profanación con un horror que les hacía temblar. Su primer impulso consistía en arrojarse sobre el misionero y sacrificarlo allí mismo en holocausto expiatorio ante los dioses calpestados>> (Pedro Borges Morán, Análisis del conquistador espiritual de América [Sevilla, 1961] página 133).
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