El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua solo registra el sustantivo ridiculez y no ridiculidad, aunque el CORDE de la dicha corporación nos demuestra que tal vocablo se usa en nuestro idioma desde la época clásica:
<<Pregunto ¿cómo se ha de atribuir esta pérdida del bastón de Judá al cometa, como a causa o como a señal? Como a causa no puede ser, porque sería ridiculidad y locura decirlo así...>> (Carlos de Sigüenza y Góngora Libra astronómica y filosófica [1690]).
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Banco de datos (CORDE) [en línea]. Corpus diacrónico del español. <http://www.rae.es> [consultado el 06-09-2016].
Y, buscando en la Red, hallamos más citas antiguas que confirman la casticidad de la voz:
Por ejemplo, en la obra de Francisco Sánchez, publicada en 1680, Examen de las indulgencias que legítimamente gozan las religiones y cofradías, según las más modernas decisiones y decretos de los romanos pontífices:
<<Pues cierto es que si yo, que escribo este papel en México, hubiera de referir en él alguna cosa que consistiera en hecho sucedido en la mesma ciudad y de que, a haber sucedido, hubiera en ella y en sus archivos evidente noticia, que fuera ridiculidad referir el caso y probarle por haberlo oído así a un quídam en China, porque a cualquiera se le ofreciera la réplica; pues si este caso sucedió aquí y no hay aquí noticia o razón dél, eso sólo comprueba con evidencia que no sucedió y que fue engaño el rumor que dél hubo en China; y si sucedió y hay instrumentos, que es ridiculidad el probarle con el dicho del quídam en China, sino directamente por sus instrumentos...>> (página 339).
Y en la descripción de D. Baltasar de Moscoso y Sandoval hecha por Antonio de Jesús María (también publicada en 1680):
<<O, si, como ha hallado su política, razones para justificar lo que gastan los príncipes con bufones, locos y otros sabandijos, las hallase para instituir una plaza de un desengañado, que tuviese por oficio hablar verdad a su dueño; cuánto más le importara un cuarto de hora deste que muchos años de las ridiculidades de esotros...>> (número 21555).
Y, en el siglo XVIII, otra prueba del uso del vocablo nos la da El maestro de las dos lenguas: diccionario español y francés, francés y español, de Francisco de la Torre y Ocón (tomo II, del año 1731), en el cual leemos lo siguiente:
<<Ridiculité. f. vulg. Ridiculidad, ridiculez, tontería>> (página 382).
Comoquiera que aún hoy día se oye, para que nadie dudara de su corrección, debería incluirse en el DLE.
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