miércoles, 12 de septiembre de 2018

CERVICOSO


Cervicoso: testarudo


     El adjetivo cervicoso (‘terco, testarudo’) procede del latín.

     No se halla en el DLE, aunque la Academia no lo desconoce: tanto en su fichero como en el NTLLE menciona varios léxicos antiguos (el de Terreros y Pando, el de Salvá, el de Zerolo…) que recogieron el vocablo. Además, la propia Academia lo incluyó en su inacabado Diccionario histórico de 1936.

     Su casticidad la acreditan los escritores de la época clásica:

     «… por ser la parte donde se asienta el yugo y en que el hombre muestra su rebeldía, que, de mostrarse con cerviz dura y tiesa, se llaman cervicosos: que al que lo era entre los romanos le torcían la cerviz, como en enmienda de su rebeldía y pertinacia…» (Nicolás Bravo, Marial y decenario de rosas de la madre de Dios [1625], 158 vuelta, columna 1).

     «Fue notable el caso del sacerdote Elí, que en ser remiso y blando tuvo notable obstinación; y fue hombre cervicoso, pues la pasión del amor de sus hijos le hizo que no los castigase como él sabía que ellos lo merecían y Dios fuera mejor servido; mas su remisión y obstinación en ella le fue castigo riguroso en la vida y no careció de misterio la muerte…» (Lucas de Montoya, Sentido metafórico literal de todos los lugares de la Sagrada Escritura [1627], página 179 vuelta, columna 1).

     «… mas la parte herida significó su dureza empedernida contra sus obligaciones, porque todo hombre puesto en oficio eminente que no cumple con ellas por su malicia dice la Escritura que es sordo, cervicoso y inobediente…» (Lucas de Montoya, Sentido metafórico literal de todos los lugares de la Sagrada Escritura [1627], página 179 vuelta, columna 2).



                                                                         Fuentes

     FicheroNTLLE de la RAE (fecha de consulta y enlace: 12 de septiembre de 2018).

     Libros de dominio público de GOOGLE BOOKS (fecha de consulta y enlace: la misma).





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