jueves, 29 de junio de 2017

TEMPORA MUTANTUR

    
     Ha pasado un año desde que los ciudadanos del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte decidieron dejar la Unión Europea; y, en este tiempo, algunos -pocos- se han hecho la misma pregunta que yo me hice entonces: ¿qué será del idioma inglés en las instituciones comunitarias?


El inglés no siempre ha sido la lingua franca


     Aunque, a causa de la potencia de los Estados unidos, es improbable que la lengua de Shakespeare pierda peso en el mundo -Europa incluida-, lo que más me sorprende es que a algunos de mis compatriotas tal cosa -tan remota- les disguste. No esperaba que reflexionaran sobre si ello redundaría en beneficio del español, ya que los de la piel de toro tenemos en muy poco lo nuestro; pero podían haber aprovechado la ocasión para insistir en la necesidad de aprender <<idiomas>> -en plural- y, así, proponer que, de ahora en adelante, nos centráramos en estudiar francés y alemán (que son, además del inglés, los idiomas de trabajo de la UE).
     Pero a nadie se le ha ocurrido esto último. Antes bien, parece que nos estamos convenciendo de que todo siempre ha sido como hoy -y que, por tanto, el inglés ha sido siempre la lingua franca-: como si las generaciones anteriores, que estudiaron francés, no hubieran dicho que este idioma era la lengua universal; como si el latín no hubiera tenido la misma consideración en la Edad Moderna.


     Artículo relacionado: Brexit (24-06-2016).



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